Un libro que busca en los recovecos de estas tierras su espíritu; jugando con la historia y la leyenda.
Acercándonos parte de sus secretos con un lenguaje fluido, cercano, en numerosas ocasiones llenos de expresión poética, perfectamente elegido para comunicarnos la añoranza, la nostalgia, la rudeza, la singularidad que contienen estas tierras.La edición, sencilla, presenta de un modo interesante la obra: en la portada con numerosos retratos de los habitantes de estos parajes, al dorso retratos de sus tierras. El texto esta bellamente acompañado con imagenes de: Díaz de Anzo, Eugenio Martinez, Francesc Vidal, Itasso Castro, Ilham Otky y posiblemente otras imagenes sacadas de archivos históricos. Al fin y al cabo el libro busca como el paisaje ha amoldado, quizá fuera mejor decir curtido, el carácter de sus gentes pues son estas el corazón de su espíritu.
Un libro que hace crecer la curiosidad del foráneo y el nativo por estos parajes. Aunque me parece especialmente dirigido a ese ser urbano que mira entre extrañado y admirado como la civilización logró y sigue logrando asentarse en esta región, inculcándole una mirada desde un distanciamiento detectivesco cargado de sentimientos, invitándole a buscar los mágicos recovecos que son imposibles de divisar desde la carretera. Porque como bien dice el libro en uno de sus pasajes: "Para buscar mundos perdidos no hace falta dirigirse al centro de la tierra o esperar que emerja la isla de San Barandán."
Gracias Lopez Hidalgo por la obra y volveré a releerla y disfrutarla de nuevo allá por agosto mientras espero que la luna ilumine el beso de los camellos.
Al que desee hacerse con el libro os dejó una dirección electrónica que aparece en el mismo: jalhidalgo@yahoo.es
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